¿Qué cuenta la leyenda de la lanza Longinos?
Según la leyenda la lanza Longinos, también llamada “La lanza del destino”, fue la lanza del soldado romano Longinos que hirió a Jesucristo en la cruz y que en su asta tenía un clavo utilizado en la crucifixión. Según la leyenda todo el que poseyera esta lanza tendría el destino del mundo. Por ello, esta lanza se convirtió en un talismán para todos los que la poseyeron: Constantino el Grande, primer emperador cristiano de Roma;Carlos Martel, el rey franco que expulsó a los árabes en el s.VIII y el emperador Federico Barbarroja.
Esta historia no pudo por menos que fascinar a Hitler que se obsesionó profundamente con esta lanza. De hecho, cuando anexionó Austria al Gran Reich acudió al Museo Holfburg para reclamar la lanza y llevársela a Nuremberg, donde pidió que se colocara en una iglesia que se convirtió en todo un santuario nazi.
Años más tarde cuando los aliados iban a bombardear la ciudad, hizo que escondieran la Longinos en una bóveda que mandó construir en el castillo de Nuremberg y más tarde iría al búnker de la Panier Platz. Cuando la guerra finalizó, la lanza fue devuelta a Austria.
El libro “Misterios y enigmas de la II Guerra Mundial”.
El libro “Misterios y enigmas de la II Guerra Mundial” del historiador Jesús Hernández nos habla más sobre el contenido de esta leyenda. Además de ser la lanza portadora del destino, el que perdiera la lanza sufriría la peor de las derrotas o incluso la muerte. De hecho, Carlos Martel, uno de sus propietarios, murió poco después de que se le cayera la lanza y lo mismo le ocurrió a Federico Barbarroja.
Según el historiador Hernández la primera vez que Hitler se topó con la espada fue en 1912 paseando por las salas del Museo Holfburg, cuando tan sólo era un joven fracasado en la pintura. Desde entonces quedó fascinado con este objeto y se dedicó a estudiar todo lo referente a él junto a su amigo Walter Johannes Stein.
26 años después en 1938 fue cuando se hizo con la lanza de una forma aparentemente legal, sólo aparentemente, con una petición oficial realizada en Berlín, aunque en realidad se la llevó quisieran o no.
El historiador Henández nos da una versión distinta a la de otros historiadores; según otras versiones Hitler se dispararía un tiro en la boca cuando le quitaron su lanza pero para el historiador Hernández no es así, ya que la lanza se encontró y devolvió mucho después de la muerte de Hitler.
Otro gran misterio por resolver es si la espada es realmente la auténtica o no, ya que un año después apareció una lanza en los Ángeles y había otra igual en Viena, aunque en aquel momento llegaron a la conclusión que la de Viena era la auténtica.
Tampoco se sabe si la lanza de Viena es la que atravesó el cuerpo de Cristo porque hay 3 artefactos más repartidos por el mundo a los que se le atribuye lo mismo.
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