Uno calla, otro se tapa los oídos y el tercero, se oculta los ojos. Los tres monos sabios son esas clásicas imágenes que vemos en muchas ocasiones encabezando frases de crecimiento personal en nuestras redes sociales, también son esas tres figurillas que decoran algunas casas o centros relacionados con la cultura oriental.
Ahora bien… ¿Te has preguntado alguna vez qué historia hay tras estas inquietantes figuras? ¿Qué es lo que no quieren ver, oír o decir? Hoy te lo revelo o te invito a que lo compartas con aquellos amigos que, a diferencia de ti, aún no conocen su significado…
La leyenda de los tres monos místicos
La imagen más clásica que originó la fama de los llamados tres monos sabios, la encontramos en una escultura de madera del siglo XVII, situada en el santuario de Toshogu, en Japón (la cual encabeza este artículo). Nos encontramos pues ante un legado histórico que tiene varias explicaciones dentro de la sabiduría oriental.
La primera de ellas, se arraiga en un llamativo código moral donde se desprende el modo adecuado en que toda persona debería comportarse. Ahora bien, sería en realidad un código algo contradictorio para todos nosotros, puesto que según los 3 monos sabios, es mejor no ver u oír los actos injustos, no quejarse ante las insatisfacciones, o no evidenciar aquello que otros hacen mal.
Esta sería en realidad una de varias explicaciones. A la visión moral de los 3 monos sabios, cabe añadir también otra explicación, la que nos ofrece una interesante leyenda donde se nos habla de cómo estos tres animales fueron enviados a la Tierra para observar a la humanidad. Kikazaru es el mono que no oye,Iwazaru, por su parte, no habla, y Mizaro, es el mono que no puede ver. La finalidad de estas tres criaturas místicas sería como te hemos comentado, la de valorar nuestro comportamiento, y delatar siempre que fuera posible nuestras malas artes como seres mortales.
Los dioses, en sus complejas artimañas de siempre, dotaron a cada mono de un defecto y dos virtudes. Así por ejemplo, Kikazaru, a pesar de no poder oír, tenía la función de observar el comportamiento de los hombres, y a su vez, transmitírselo por voz al mono que no puede ver: Mizaro. Y así sucesivamente. Es decir, las faltas de uno se complementaban con las virtudes del otro, de modo que entre los 3, formaban un equipo ecuánime y eficaz, que regularmente, venían a nuestro mundo para castigarnos o bendecirnos.
La leyenda sin duda es realmente curiosa, no obstante, lejos de estas historias, para la mayoría de los orientales la figura de los 3 monos sabios tiene una enseñanza clara que bien merece aplicarse en nuestro día a día: para disponer de un espíritu limpio y puro, es mejor no escuchar el mal, no ver las malas acciones y también no menos importante, no decir cosas malas a segundas personas.
¿Estás de acuerdo? ¿Qué te parecen las enseñanzas de los 3 monos sabios? ¿Piensas que es mejor no ver, no oír y no hablar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario