Esta historia dio la vuelta al mundo de la mano de “Nat Geo Wild”, quien recogió el relato de estos dos protagonistas, de un perro y un gato que, lejos de vivir en continua discordia que se empeña en mantener la tradición popular, han establecido el mejor de los equipos. Esa unión que no pide nada a cambio, que no sabe de egoísmos y que sólo busca la compañía mutua.
Hoy, te invitamos a conocer a dos “buenos tipos”, ¿sus nombres? Puddicat y Trevel.
La historia de un perro ciego y su mejor amigo
Empezaremos este relato con Trevel. Su historia es como la de otros muchos perros: una infancia de maltratos y una vida de dificultades, intentando superar las secuelas que le dejaron unos humanos irracionales. Trevel tiene hoy 14 años y cuando era sólo un cachorro sufrió graves agresiones, hasta tal punto que quedó ciego y parcialmente sordo.
Pero este precioso labrador encontró un buen hogar, una casa en la cual pudo disfrutar de tranquilidad, seguridad y personas que lo quieren. Su vida, como puedes imaginar, es algo limitada. Anda con mucha lentitud debido a sus años y a su dificultad a la hora de orientarse. Pero la verdad es que cuenta con una ayuda más que excepcional.
Trevel no ha tenido que ir a los servicios sociales de su comunidad para pedir a alguien que lo ayudara en sus paseos diarios, cuando se decide a bajar del sofá o a salir de su cesta. En la casa donde vive tiene un pequeño compañero que se ofreció libremente a servirle de ayuda, de instrumento, de lazarillo.
Es Puddicat. Su dueña suele hablar de él con una sonrisa en el rostro. Es el típico gato independiente y orgulloso que siempre mostró un gran carácter. Siempre se sale con la suya y hace lo que quiere. Sin embargo, hay un aspecto que nunca ha fallado en él: su gran empatía con ese perro anciano y ciego. Fue como si desde el principio percibiera que aquel compañero necesitaba de su ayuda para orientarse por la casa, por el jardín. Veía sus movimientos tímidos e inseguros y, de inmediato, acudía para ponerse bajo su panza para indicarle algo como: “No te preocupes chico, aquí estoy, ahora no tienes más que seguirme”.